Chistes que Matan de Risa!

¿Buscas chistes divertidos? Acomódate: Estás en el lugar adecuado. Desde chistes limpios y cursis hasta chistes divertidos. Tenemos los chistes que te harán reír de verdad.

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¿Alguna vez has empezado a contar un chiste y te has olvidado de la frase a mitad de camino? Aunque el olvido podría ser gracioso por sí solo, nadie quiere sufrir la vergüenza de estropear un buen chiste, especialmente si se trata de uno de los más divertidos de todos los tiempos. A veces necesitas reírte rápidamente a la carta y ¿qué mejor manera de hacerlo que con uno de estos chistes cortos?.


Chistes Buenos, Cortos y Graciosos


 

El Presidente y su chofer pasaban por una carretera cuando accidentalmente atropellaron a un cerdo, matándolo instantáneamente. El Presidente le dijo a su chofer que fuera a la granja para explicarle al dueño lo sucedido.

Una hora más tarde, ve a su chofer venir tambaleándose, con un cigarro en una mano y con una botella en la otra, y su ropa desarreglada.

—¿Qué pasó? Preguntó el Presidente al chofer, y éste respondió:

—Bueno, el granjero me dio el vino, su mujer el cigarro y su hermosa hija me hizo el amor apasionadamente.

—Por Dios, ¿Qué les dijiste?

—Les dije: “¡Soy el chofer del Presidente y acabo de matar al cerdo!”

 


 ¿Qué es la venganza?

Es cuando un ganso ve a una gansa y quiere ir con ella. Entonces, el ganso le dice a la gansa:

—¡Venganza!


 

—¿En que se parecen el Vaticano y la Reforma Agraria boliviana?

—En cuarenta años, han producido cuatro papas.


Aquí hay algunas diferencias entre gente rica y gente pobre:

1) Un rico corriendo es un atleta.

Un pobre corriendo es un ladrón.

2) Un rico con un arma es un mafioso.

Un pobre con un arma es un atracador.

3) Un rico con alas es un ángel.

Un pobre con alas es un murciélago.

4) Un rico bebiendo es un catador.

Un pobre bebiendo es un alcohólico.

5) Un rico fumando es de clase alta.

Un pobre fumando es un vicioso.

6) Un rico nadando es un delfín.

Un pobre nadando es una piraña.


 

En un congreso de médicos, un médico israelí comenta:

“La medicina en Israel, está tan avanzada que nosotros le sacamos un riñón a una persona, se lo ponemos a otra y en 6 semanas ya está buscando trabajo”.

Un médico Alemán comenta: “Eso no es nada, en Alemania le sacamos un pulmón a una persona, se lo ponemos a otra y en 4 semanas ya está buscando trabajo.”

Un doctor Ruso comenta: “Eso tampoco es nada. En Rusia la medicina está tan avanzada que le sacamos la mitad del corazón a una persona, se la ponemos a otra y en dos semanas ya ambas están buscando trabajo”

A lo que un médico Peruano responde: “Nada que ver. Todos Uds. están muy atrasados. Nosotros aquí en Perú cogimos a un hombre sin cerebro, sin corazón y sin huevos, lo pusimos de Presidente y ahora todo el país está buscando trabajo…”


 

Un borracho está en la Plaza de Armas gritando: ¡¡¡EL PRESIDENTE ES UN HIJO DE PUTA, EL PRESIDENTE ES UN HIJO DE PUTA!!!

Rápidamente, aparecen dos policías y le empiezan a dar de golpes por traición a la Patria, y se lo llevan a rastras.

El pobre borracho empieza a implorarles:

—¡Pero si me refería al Presidente de los Estados Unidos!

Y los policías le contestaron:

—¡No trates de confundirnos! Nosotros sabemos quién es el Hijo de Puta!!!


 

—¿Saben por qué no hay golpes de estado en EE.UU.?

—Porque es el único país del mundo donde no hay embajada Norteamericana.


El sultán de Brunei decidió hacer una cumbre mundial de presidentes.

Con la plata que se carga mandó hacer una piscina mágica que complacía los deseos. Llegaron los presidentes y jefes de estado y cuando tenían mucho rato de estar hablando dijo el presidente de México: “Voy a nadar a la piscina”, se subió al trampolín y cuando iba en el aire dijo: “tequila”, el agua se convirtió en tequila y la pasó muy bien.

Lo mismo hizo el presidente de Rusia, se subió al trampolín y dijo “vodka”.

El presidente de Japón dijo “sake”.

Después de mucho rato el presidente de los Estados Unidos decide darse también un gustazo y camina hacia la piscina, se sube al trampolín que estaba ya muy mojado y antes de tirarse se resbala y dice: “¡Shiiiit!”.


Un alto funcionario del Fondo Monetario Internacional está por llegar a un país latinoamericano a revisar cuentas fiscales. Era un día lluvioso, y el Presidente y su Ministro de Economía estaban en el aeropuerto a su espera. Ambos decidieron subirse las botamangas de sus pantalones para evitar mojárselos. El avión desciende y ambos emprenden su marcha hacia el pie de la escalerilla para saludar al visitante. En ese momento el Ministro de Economía nota que el Presidente no volvió a su lugar las botamangas de su pantalón:

“Señor Presidente, ya viene el funcionario. Bájase los pantalones.”

“¿Tanto le debemos?”


 

Un científico le dice a su alumno:

“Martín, he inventado la Máquina del Tiempo!”

“¿De verdad, Doctor? ¿Y cómo funciona?”

“Siéntate aquí, ten mucho cuidado y aprieta este botón.”

“Bien, Doctor, ¡ahí va!”

“Son las diez… y veinte minutos…”

 


En un bote viajaban un gringo, un colombiano y un mexicano cuando comenzó a hundirse… el colombiano tira por la borda 100 bolsas de coca y dice:

—En mi país tenemos de sobra…

El mexicano tira por la borda 20 cajas de tequila y dice:

—En mi país tenemos de sobra…

El gringo sin pensarlo un segundo agarra al mexicano y lo tira por la borda…

 


Una mujer quería una mascota para que le hiciera compañía, así que fue a la tienda y escogió un loro. Antes de recibir el dinero, el vendedor le advirtió que el loro había vivido en un prostíbulo y acostumbraba a decir cosas… salidas de tono. Pero a la mujer le gustó tanto el loro que decidió comprarlo.

Ya en su casa, la mujer puso la jaula en la sala y esperó a que el loro hablara. El animal divisó todo el panorama y dijo:

“Nueva casa, nueva madame.”

La mujer se sorprendió un poco, pero encontró graciosa la ocurrencia del loro y decidió esperar a que llegaran sus hijas adolescentes. Cuando ellas entraron, el loro exclamó:

“Nueva casa, nueva madame, nuevas zorras.”

Tras su sorpresa inicial, las muchachas se rieron con su madre y esperaron a que llegara el papá. Por la noche, cuando el hombre llegó a su casa, el loro gritó:

“¡Nueva casa, nueva madame, nuevas zorras, caras conocidas! ¡Hola, Joaquín!”


Estaba una niña lavando un gato y pasa una señora y le dice:

“Pero niña, ¿qué haces lavando un gato?, ¿no sabes que así se puede morir?

Y la niña le contesta:

“¡No se muere el gato, es muy fuerte!”

Se va la señora, y en un ratillo pasa de nuevo por el lado de la niña y le pregunta:

“¿Por qué lloras?”

“Porque se me ha muerto el gato.”

Y le dice la señora:

“¿No te dije que se podía morir?”

“Pero no ha sido al lavarlo, ha sido al exprimirlo.”


Pepito estaba en la escuela cuando de pronto su señorita le pregunta:

“Pepito, ¿con qué mató David a Goliat?”

Y Pepito le responde:

“Con una moto, señorita.”

Y su maestra muy furiosa le responde:

“¿No será con una honda, Pepito.”

“¡Ah, usted quería la marca!”


La mamá de Luis había tenido gemelos, por lo cual su papá le dice:

—Dile a la maestra que no vas a ir esta semana a la escuela.

—Sí papá, contestó Luis.

Cuando regresó Luis de la escuela, el papá le preguntó:

—¿Qué te dijo la maestra?

—Que muchas felicidades por el bebé.

Y el papá le dice asombrado:

—¡Qué, no le dijiste que eran dos!

—No, guardé el otro para la otra semana.


Una vecina le dice a otra:

“Carmen, ¿estás enferma? Te lo pregunto porque he visto salir a un médico de tu casa esta mañana.”

“Mira, vieja chismosa, ayer por la mañana yo vi salir a un militar de la tuya y no estamos en guerra, ¿verdad?”


 

Un borracho llega dando tumbos a su casa a las 6 de la mañana despues de una larga noche de parranda, la esposa lo estaba esperando y le grita:

—iBorracho asqueroso, ya me tienes cansada!, y comienza a darle de golpes.

—iCarajo, chica, no me des más!, le decía el borracho.

—Tu me dijiste que llegarías temprano y mira la hora que es.

—Si, las 6 de la mañana. ¿Y no es bien temprano?


Dos borrachines van conduciendo su vehículo; un oficial los ve y les ordena:

“Párense a la derecha”.

Los beodos se estacionan y el oficial se acerca diciéndoles:

“Por favor, permiso para conducir”.

Uno de los ebrios lo ve y le dice al compañero:

“Compadre, muévase que el oficial quiere conducir”.


A las 4:00 a.m., un borracho llega a un edificio enorme y ve la ingente cantidad de botones que tiene el intercomunicador. Titubeante, presiona uno de los botones y cuando una mujer responde, con tartajosa voz pregunta:

“Oye ¿tú eres casada?”

“Sí, soy casada”, contesta enojada.

“¿Y tu esposo esta ahí?”

“Sí y es karateca. ¿Quieres que lo despierte?”

“¡No, no, no, disculpe usted!”, farfulla asustado el borracho.

Oprime otro botón y cuando le contestan se apresura:

“Oye, mi amor, ¿tú eres casada?”

“¡Sí, soy casada!”, responde furiosa.

“¿Y tu marido está ahí?”

“Sí, está. Él es boxeador. ¿Por qué? ¿Quiere que lo despierte?

“¡No, no, no, perdón!”

Toca nuevamente el intercomunicador. Cuando alguien contesta el borrachín insiste:

“Oye, mi vida, ¿tú eres casada?”

“Sí, soy casada”.

“¿Y tu marido está ahí contigo?”

“No, él no está”.

“Entonces, ¿puedes hacerme un favor?”

“¿Cuál?”, pregunta extrañada.

“¿Podrías bajar a ver si soy yo?”


Un borracho está buscando una fiesta y ve una casa con mucha gente afuera. Entra y dice gritando:

“Tres hurra por el santo”.

“Caballero, esto no es un cumpleaños sino un velorio”, le recrimina una señora.

Mirando el cajón del difunto, el alcoholizado contesta:

“Ah, ya me parecía muy grande la torta”.


 

Un hombre le pide ayuda a su vecino para que le ayude a mover un sofá que se había atorado en la puerta. Uno se fue a un extremo y el otro también. Forcejearon un buen rato hasta que quedaron exhaustos, pero el sofá no se movió.

—Olvídelo, jamás podremos meter esto, dijo el hombre.

El vecino lo mira con extrañeza y le pregunta:

—¡Ahh! ¿Era meterlo?


En la sala de maternidad, el jubiloso padre tomaba fotos de su bebé recién nacido.

Le pregunta la enfermera:

—¿Su primer hijo, señor?

—No, ya tengo cinco, ¡Mi primera cámara!


 

Una pareja llevaba muchos años de matrimonio y no había logrado tener hijos. Tras consultar varios doctores, sin éxito, fueron a ver a un especialista muy renombrado quien, tras muchos estudios que la única solución era que buscaran un padre sustituto.

“¿Y qué es un padre sustituto?”, pregunta la señora.

“Es un hombre seleccionado que hace, por una única vez, las funciones del esposo para que la mujer quede embarazada”.

La señora vacila un poco; pero su marido le dice al doctor que él no tiene ningún inconveniente con tal de ver realizada su ilusión de convertirse en padre. Pocos días después, se contrata a un joven y se hace una cita para que al siguiente domingo por la mañana, cuando se ausente el marido de la casa, vaya y visite a la señora para cumplir su tarea.

Sin embargo, sucedió que un fotógrafo de niños había sido llamado a una casa vecina para retratar a un bebé. Por azar del destino, el hombre se equivocó de domicilio llegando al de la señora:

“Buenos días, señora, vengo por lo del niño”.

“Mmm, sí, pase usted. ¿Gusta tomar algo?”

“No, muchas gracias, el alcohol no es bueno para mi trabajo. Lo que quisiera es comenzar cuanto antes”.

“Muy bien, ¿le parece si vamos a la habitación?”

“Puede ser allí, pero también me gustaría una, en la sala aquí, dos en la alfombra y otro en el jardín”.

“¿Pues cuántos van a ser?”, se alarmó la señora.

“Ordinariamente son cinco en cada sesión, pero si la mamá coopera pueden ser más, todo depende”, dijo mientras sacaba del portafolios un álbum. “Me gustaría que viera antes algo de lo que he hecho. Tengo una técnica muy especial y única que les ha gustado mucho a mis clientas, por ejemplo, mire el retrato de este niño tan bonito: lo hice en un parque público, a plena luz del día. ¡Cómo se juntó la gente para verme trabajar! Esa vez me ayudaron dos amigos, porque la señora era muy exigente: con nada le podía yo dar gusto y quedarle bien. Para colmo, esa vez tuve que suspender el trabajo porque llegó una ardilla y comenzó a mordisquearme el equipo “.

La señora, estupefacta, escuchaba todo esto mientras el fotógrafo continuaba:

“Ahora vea estos mellizos. En esa ocasión sí que me lucí, todo lo hice en menos de cinco minutos: llegué y ¡paf!, dos tomas y mire los gemelos que me salieron.

La señora estaba cada vez más asustada oyendo al fotógrafo que continuaba:

“Con este niño batallé un poco más, porque la mamá era muy nerviosa. Yo le dije: mire señora, usted volteé hacia el otro lado y déjeme hacer todo a mí. Ella se volteó, y así pude yo hacer mi trabajo”.

A esta altura, la señora estaba a punto del desmayo. El fotógrafo guardando su álbum le dice:

“¿Quiere que comencemos ya, señora?”

“Cuando usted diga”.

“Está bien, voy por mi trípode”.

“¿Trípode?”, dijo temblando la señora.

“Sí”, comenta muy tranquilo el fotógrafo, “es que usted sabe, mi aparato es muy grande y necesito un trípode para apoyarlo y estabilizarlo, porque ni con las dos manos puedo sostenerlo bien… ¿Señora?, ¿señora?… ¡Señoraaaaa!”


En las cunas había tres bebés, y uno de ellos miró debajo de la sábana y dijo:

—¡Soy niña!

El otro hizo lo mismo y dijo:

—¡Soy niño!

Finalmente, el tercero dijo:

—¡Yo no sé qué soy!

¿Por qué?, preguntaron los otros.

—Porque tengo los zapatitos amarillos.


Al momento de salir la carroza fúnebre, Pepito rompe a llorar.

“Papá, no me dejes, llévame contigo, papá, buahhhhh…”

El público aglomerado en la salida de la funeraria rompe a llorar sin contemplación. Y el niño continuaba su cuadro de dolor:

“Papá no me dejes, no me dejes papá, llévame contigooooo…”

De repente el chofer de la carroza, frena y sale del vehiculo y grita:

“¡Mira muchacho del demonio, vete para la casa y déjame trabajar!”


Después de clases, Jaimito llega a su casa muy enojado.

¿Qué tienes, Jaimito? ¿Qué te pasa?, le pregunta preocupado su papá.

—Es que hoy la maestra nos dio una clase de sexología

—Y eso, ¿qué tiene de malo?

—¡Que no me dejó tarea!


La profe le dice a Juanito:

—Juanito, te voy a hacer una pregunta de lógica: “Si tengo 10 pájaros y mato 4 ¿Cuántos me quedan?”.

—Juanito dice: “4 profe, porque los otros 6 salen volando”.

—No, Juanito quedan 6, pero me gusta tu forma de pensar.

Juanito un poco resentido le dice a la profe:

—Profe, respóndame esta pregunta de “lógica”: “Si hay tres señoras en el parque comiendo helado y una lo está chupando, otra lo está mordiendo y la otra lo está lamiendo ¿Cuál es la casada?”.

La profesora un poco ruborizada contesta:

—Supongo que la que lo está chupando, Juanito.

—No profe, es la que tiene el anillo en el dedo, pero me gusta su forma de pensar.


Una pobre mujer acude a visitar a su marido al reclusorio.

Cuando por fin se ven los dos, el hombre le pregunta cosas como: ¿Cómo están mis hijas? ¿Cómo estás? ¿Me extrañan?. Pero el pobre recluso al darse cuenta que su señora está muy triste le pregunta:

“¿Qué tienes?”

Entonces la mujer le confiesa:

“Lo que pasa es que 50 años son muchos y fui con el director de la cárcel a ver si no podía bajarle un poquito”.

“¿Y qué pasó?”

“Pues que luego empezó a hacerme proposiciones indecorosas…”

“¿Y qué hiciste tú?”

Y ella le contesta:

“Pues ya vámonos…”


Un tonto le dice al otro:

“Oye, Manolo, pásame otro champú.”

“Pero si ahí en el baño hay uno…”

“Sí hombre, pero éste es para cabello seco y yo ya me lo he mojado.”


Un hombre entra en una cafetería, llama al mesero y pide un café toma su café y hasta aquí todo va muy normal, al terminar llama al mesero y le pide la cuenta, el mesero le dice:

“Son S./510, señor”.

Nuestro hombre se levanta lleva su mano al bolsillo y saca un manojo de monedas de S./10, y comienza a lanzarlas por todo el establecimiento mientras dice:

” S./10, S./20, S./30, S./40, S./50, S./60 … S./490, S./500, S./510… Cóbrese”.

Y se va.

Al día siguiente nuestro hombre regresa a la cafetería y todo ocurre igual, llama al mesero y pide un café, toma su café y hasta aquí todo va muy normal, al terminar llama al mesero y le pide la cuenta, el mesero le dice:

“Son S./510, señor”.

Nuestro hombre se levanta lleva su mano al bolsillo y saca un billete de S./1.000 y dice:

“Cóbrese”.

El mesero, con su venganza muy bien planeada, va hasta la caja y pide al cajero que le dé S./490 en monedas de S./10, regresa hasta la mesa y parado frente al señor comienza a lanzarlas por todo el establecimiento mientras dice:

” S./10, S./20, S./30, S./40, S./50, S./60… S./470, S./480, S./490″

“Ahí tiene su cambio, señor”.

Nuestro hombre se levanta de la mesa lleva su mano al bolsillo y saca dos monedas de S./10, las lanza diciendo:

” S./500, S./510… ¿Por favor me trae otro café?”


Iban tres amigos en una motocicleta. El primero iba conduciendo, el del medio era tartamudo, y el último se llamaba Jaime.

El primero, que conducía, les dijo a sus dos amigos que se prepararan para sentir adrenalina, y aceleró su motocicleta.

El del medio, tartamudo, comenzó a decir:

“¡Ja-Ja-Ja-Ja!”

Y el que conducía, al pensar que se su amigo se reía, aceleraba cada vez más.

Después de un rato, cuando se detuvieron, el del medio habló diciendo:

“¡Ja-Ja-Ja-Jaime se cayó!”


En una oficina:

—Dígame su nombre.

—Pepepepedro Pepeperez.

—¿Es Ud. tartamudo?…

—No, el tartamudo era mi padre y el del registro un desgraciado.


Un cura estaba distribuyendo Biblias para que las personas las vendieran y ayudaran a financiar la remodelación de su iglesia. Un día llegó un tartamudo a ofrecer sus servicios:

“Pa… pa… padre, yo qui… qui… quisiera ayudarle a ve… ve… vender Bi… Biblias”.

Conmovido por su intención de ayudar, el sacerdote le da un lote de Biblias al tartamudo. Por la tarde, al cerrar cuentas, el religioso iba preguntando a sus colaboradores:

“Tú, ¿cuántas vendiste?”

“Vendí dos”.

“¿Y tú?”

“Vendí una”.

“Y tú, ¿cuántas vendiste?”, le pregunta al tartamudo.

“Yo ve… ve… vendí to… todo”.

“¿Todo? Pero, ¿cómo pudiste vender tanto?”

“Es si… si… simple. Yo llegaba con la pe… persona y le pre… preguntaba: ¿Usted va a co… co… comprar una Bi… Bi… Biblia o pre… pre… prefiere que yo se… se lea?”

 


 

Un granjero demandó a una empresa de buses por las lesiones que sufrió en un accidente. En el juicio, el abogado de la empresa le pregunta:

“¿Acaso no le dijo usted ‘estoy muy bien’ al policía que lo auxilió?”

“Déjeme explicarle lo que pasó. Yo llevaba a mi yegua en el platón de la camioneta…”

“¡No le pedí detalles! Limítese a responder la pregunta: ¿le dijo usted, sí o no, que estaba muy bien al policía que le ayudó?”

“Como le venía diciendo, llevaba a mi yegua en el platón de la camioneta y de pronto apareció un bus de su empresa…”

“¡Señor juez, estoy tratando de demostrar que esta persona le dijo que estaba muy bien a un policía, inmediatamente después del accidente! Ahora, después de varias semanas, él demanda a mi cliente y eso se llama fraude. ¡Por favor, dígale que responda la pregunta!”

El juez le explica al abogado que está interesado en escuchar la historia del granjero y le pide a este que continúe:

“Pues yo llevaba a mi yegua en el platón de la camioneta y de pronto, en un cruce, me topé con un bus que se comió la señal de Pare y me estrelló de lado. Yo quedé paralizado por el golpe y la impresión, pero escuchaba que mi yegua gemía como loca, presa del dolor. Unos minutos después, llegó la patrulla de policía y un agente se bajó alarmado por los gemidos de mi yegua. El policía la examinó y finalmente sacó su arma y le pegó un tiro en medio de los ojos. Luego, vino hasta mí y me dijo: su yegua estaba muy mal y tuve que pegarle un tiro para que no sufriera. ¿Usted cómo se siente?”


Mamá, en la escuela me dicen mentiroso.

Cállate, que ni vas a la escuela.


Mamá, en la escuela me dicen el mafioso.

Mañana mismo voy a arreglar eso.

Bueno, pero que parezca un accidente.


Mamá, me picó una víbora.

¿Cobra?

No, gratis.


Un tipo llega a la iglesia, y de inmediato va a confesarse:

“Padre, necesito que me ayude, porque he pecado”.

“¿Qué pecado has cometido, hijo?”

“Ayer, en la playa, le he tocado las tetas a mi novia”.

“Y dime hijo, ¿se las tocaste por encima del traje de baño o por debajo?”

“Por encima, padre”.

“¡Cómo serás pendejo, si el pecado es el mismo!”


Entra una mujer a la parroquia:

—Padre, hoy he conocido a Gregorio, y hemos estado haciendo el amor hasta el atardecer.

—Pues en penitencia, rezas tres padrenuestros y dejas 20 dólares de limosna.

Mas tarde otra mujer:

—Padre, hoy he conocido a Gregorio, y hemos estado haciendo el amor hasta el amanecer.

—Pues en penitencia, rezas 10 padrenuestros, y echas 30 dólares de limosna.

Mas tarde otra nueva mujer:

—Padre, hoy he conocido a Gregorio, y hemos estado haciendo el amor todo el día.

—Pero esto no puede ser, rezas 20 padrenuestros y echas 50 dólares de limosna.

Mas tarde:

—Padre…

—Sí, tú también has conocido a Gregorio y habéis estado haciendo el amor…

—No, padre. Yo soy Gregorio, y… o vamos a medias en la limosna, o me llevo a todas las mujeres a otra parroquia.


El cura en la iglesia decía en su sermón:

“Queridos feligreses:

Han llegado a mis oídos los rumores de que se ha instalado cerca de la iglesia una casa de esas de mala reputación, de mujeres malas, aunque ustedes dicen que son muy buenas; pero tengan cuidado de ir a una casa de estas, pues una de esas mujeres les puede prender una enfermedad, de esas que llaman venéreas y luego, ustedes llegan a sus hogares y se la prenden a sus esposas… ¡y ahí si que nos jodemos todos!”


Cierto día llega un joven a confesarse y le dice al sacerdote:

“Padre, confieso que le hice el amor a mi novia”.

El padre le dice: “Hijo, eres un pecador.”

El joven se defiende diciendo:

“Padre, compréndame, es que ella sola, yo solo y la casa sola.”

El padre dice: “Bueno, hijo, te comprendo.”

“Pero padre, eso no es todo, también le hice el amor a mi suegra.”

“¡A tu suegra! eres un degenerado.”

“Pero padre, comprenda, mi suegra sola, yo solo, la casa sola.”

“Está bien hijo, te comprendo.”

“Pero padre, hay mucho más, es que también le hice el amor a la abuelita de mi novia.”

“Esto es el colmo,” responde asustado el padre.

“Pero padre, compréndame, la abuela sola, yo solo y esa casa sola.”

“Hijo, esto es muy duro de comprender.”

“Pero padre, falta más todavía. Le hice el amor a…”

En ese momento sale el padre corriendo asustado y el joven le dice:

“¡Padre, por qué corre, termine de escucharme!”

“¡No hijo, ni sueñe, es que usted solo, yo solo y la iglesia sola!”


Un día se acerca una joven al confesionario y dice:

“Padre, confiéseme porque he pecado”.

“A ver hija, ¿qué te ha pasado?”

“Padre, ayer me he acostado con el cura de la parroquia vecina”.

“Muy mal hecho, hija, muy mal, porque tú perteneces a ésta”.


Una señora va a sacar el pasaporte. El funcionario en turno le pregunta:

“¿Cuántos hijos tiene, señora?”

“Diez.”

“¿Cómo se llaman?”

“Bernardo, Bernardo, Bernardo, Bernardo, Bernardo, Bernardo ,Bernardo , Bernardo, Bernardo y Bernardo.”

“¿Todos se llaman Bernardo? ¿Y cómo le hace para llamarlos cuando, por ejemplo, están jugando todos afuera?”

“Muy simple, grito Bernardo y todos entran.”

“¿Y si quiere que vayan a comer?”

“Igual. Grito Bernardo y todos se sientan a comer.”

“Pero si usted quiere hablar con uno en particular, ¿cómo le hace?”

“!Ah! En ese caso, lo llamo por su apellido.”


Javier y Pablo eran dos hermanos ricos y malvados que asistían a la misma iglesia. Cuando Pablo murió, Javier le entregó al pastor un cuantioso cheque para que mandara construir un nuevo templo a todo lujo.

“Sólo le pongo una condición: que en el oficio fúnebre diga que mi hermano era un santo”, le aclaró en tono despótico.

El pastor accedió y depositó el cheque en el banco. En la ceremonia fúnebre, subió al púlpito y declaró:

“Pablo era un hombre malvado que engañaba a su mujer y traicionaba a sus amigos pero, comparado con Javier, era un santo”.


A un alumno de una escuela rural que iba en primer año lo querían cambiar a segundo a mitad del curso. Muy inteligente el muchacho, ¿no? Su maestra le hace tres preguntas enfrente del rector para saber si acepta el traslado.

“A ver, Checo, ¿qué es lo que hace un hombre parado, una mujer sentada y un perro en tres patas?”

“Pues saludar, maestra”.

“Muy bien. Ahora dime, ¿qué es lo que primero le mete un hombre a la mujer cuando se casan?”

“Pues el anillo, maestra”.

“Por último. ¿A qué me refiero cuando te digo que las vacas tienen cuatro y yo dos?”

“A las extremidades inferiores, maestra”.

“Muy bien, Checo”.

La maestra se dirige al rector y le pregunta:

“¿Cómo lo ve? ¿Lo pasamos a segundo?”

“¡Por mí, páselo a sexto, porque yo me equivoqué en las tres!”

 


 

Pepito iba muy mal en matemáticas. Sus padres habían intentado de todo: maestros particulares, centros especiales, todo lo que pueda imaginarse. En un último intento, inscribieron a Pepito en la escuela católica de la localidad.

Tras el primer día de clases, Pepito regresó a casa con una expresión muy seria en su rostro. Ni siquiera saludó a su mamá, sino que se fue directo a su cuarto y empezó a estudiar. Al poco tiempo había libros y papeles por todo el cuarto y Pepito estaba trabajando como nunca antes. Su madre estaba sorprendida. Después de comer, Pepito se regresó inmediatamente a su cuarto sin decir nada y se puso a estudiar de nuevo. Esto continuó por algún tiempo, día tras día y la mamá no lograba entender lo que hacía la diferencia.

Al fin, Pepito llevó a casa su boleta de calificaciones. La dejó sin decir nada sobre la mesa y se fue a su cuarto a estudiar. Toda nerviosa, la mamá vio la boleta y, para su sorpresa, vio que Pepito había sacado 10 en matemáticas. Sin poder contener por más tiempo su curiosidad, la mamá fue a buscar a Pepito:

“Hijo, ¿qué fue lo que pasó? ¿Fueron las monjitas las que te convencieron?”

Pepito se volvió a verla, y moviendo la cabeza respondió:

“No”.

“Entonces, ¿fueron los libros, la disciplina, la estructura, los uniformes? ¿Podrías decirme qué fue?”

“Bueno, mamá, cuando fui a clases el primer día y vi al pobre tipo clavado en el signo de más, ¡supe que las monjitas iban en serio!”


Dos amigos de la infancia:

—Oye, ¿tu te acostaste con tu mujer antes de casarte?

—Yo no, ¿y tu?

—Hombre, yo no sabia que te ibas a casar con ella.


Una señora que estaba en el cuarto piso de su casa llama a su hijo desde el balcón.

Madre: ¡Carlos sube!

Hijo: No.

Madre: ¡Sube!

Hijo: No.

Madre: ¡¿Por qué no quieres subir?!

Hijo: Porque tu me vas a volver a tirar.


Va un niñito de cuatro años a una tienda y le dice al vendedor:

“Señod, ¿me da un condón, pod favod?”

El vendedor no puede creer lo que oye y pregunta:

“Perdón… ¿qué me pediste?”

Y el niñito:

“Un condoncito, pod favod.”

El hombre atónito le dice:

“Pero, ¿para qué quieres tu un condón?”

Y el niñito:

“Pada amarradme ed zapatito…”


Esta historia es sobre una madre que tenía 3 hijas…

Ante el casamiento de cada una de ellas, la madre, en la noche de bodas, les pedía que le enviaran un mensaje sobre como iba el matrimonio.

Se casó la primera, y 2 días después llegó una carta que solo decía: “Champú Sintrox” En principio la madre no entendió pero, leyendo una revista, vio un slogan de que decía: “Champú Sintrox: Satisfacción hasta la última gota”. Y la madre se quedó tranquila.

Al casarse la segunda hija, a la semana recibió una carta que decía “Rothmans”. Al ver el aviso de Rothmans, su slogan era “King size, el tamaño ideal”. Y la madre pudo relajarse.

Finalmente se caso la tercera, y tardó 4 semanas en escribir. La carta decía “LAN Chile”. La madre estaba desconcertada. Pero al fin encontró un aviso, donde se decía: “LAN Chile: 2 veces al día, los 7 días de la semana, en ambas direcciones…”


Un hombre que se considera el mejor seductor del mundo entra a un bar y se sienta al lado de una atractiva rubia. El tipo sonríe y le saluda, mientras mira su reloj. Ella le dice:

—Parece preocupado por la hora, ¿está esperando a alguien?

—No. Simplemente estaba probando el reloj que acabo de comprar, que es el más moderno que existe.

—¿El más moderno? ¿Y qué tiene de especial?

—Utiliza ondas de radio para comunicarse con mi mente. Como si fuera telepatía.

—¿Ah, sí? ¿Y qué le está diciendo?

—Me dice que tú no llevas ropa interior.

—Pues su reloj no sirve, porque sí tengo ropa interior.

—¡Vaya! Entonces, debe estar adelantado una hora.


Este es un jefe que le dice a su secretaria:

—Y para asegurarse que hace las cuentas correctamente y los resultados son correctos, quiero que cada cuenta la haga diez veces, así que empiece por esta.

Al cabo de un rato, llega el jefe de nuevo donde estaba su secretaria y le pregunta:

—¿Ya ha hecho la cuenta que le mandé, como yo le dije?

Y responde la secretaria:

—Sí, y aquí tiene los diez resultados que salen.


Un hombre estaba en la sala de espera de un aeropuerto, vio ahí una báscula computarizada que daba el peso y revelaba la fortuna. Decidió hacer la prueba, metió una moneda en la ranura y leyó en la pantalla: “Usted pesa 88 kilos, es casado y está a punto de viajar a Santa Martha”. El hombre se quedó anonadado. En seguida, otro hombre usó el aparato. Esta vez la pantalla mostró el siguiente mensaje: “Usted está divorciado, pesa 94 kilos y se dispone a viajar a Cartagena”. El hombre le preguntó:

—¿Es cierto que usted es divorciado y se dispone a viajar a Cartagena?

—Así es, —contesta el otro hombre.

El hombre asombradísimo corrió al baño, se cambió de ropa y se puso unos lentes oscuros. Volvió a pesarse en aquella báscula, está vez el mensaje fue: “Usted sigue pesando 88 kilos, todavía está casado, y acaba de perder su vuelo hacia Santa Martha”.


Este era de un hombre muy distraído, una tarde estaba sentado en un bar tomandose una cerveza, de pronto entra otro corriendo, se le acerca y le dice lleno de angustia:

—¡Carlos, Carlos, un auto acaba de atropellar a su mujer, fue frente a su casa!… corra , la pobre quedó muy mal…

El tipo sale corriendo del bar mientras le dice:

—¡Mi casa queda como a un kilómetro de aquí!…

—¡No importa, llévese la motocicleta que tengo parqueada en la vereda! — le ofrece el dueño del bar.

Como a los cinco minutos regresa el hombre, con una herida en la frente y botando sangre hasta por los oidos, un brazo quebrado, la ropa toda desgarrada…El dueño del bar sorprendido le pregunta:

—¡Hombre!, ¿ Qué te sucedió?

—¡Solo a mi me pasa esto! — contesta — resulta que yo… ni me llamo Carlos, ni siquiera tengo novia, y lo peor … nunca en mi vida había manejado una moto…


 

Dos trabajadores de la construcción estaban haciendo un asado y uno de ellos se empezó a quemar. El otro se quitó la chaqueta y empezó a pegarle con ella para apagarlo. El que se estaba quemando decía:

—Déjeme quemar, déjeme quemar.

—¿Por qué si estoy tratando de ayudarle?

—Déjeme quemar o saque el martillo de la chaqueta.


 

El director de psiquiatría en un manicomio estaba examinando a sus pacientes para averiguar cuales de ellos estaban listos para volver a la comunidad. “Señor Maestre,” el doctor le dice a uno de sus pacientes, “Veo que han recomendado que le dé de alta ¿Qué cree que va a hacer si es que le dejamos ir?” El paciente se lo piensa un rato, y luego responde, “Bueno, fui ingeniero en mecánica. Parece ser que es una carrera con salida y me puedo ganar bastante dinero. Por otra parte, he pensado escribir una novela sobre mis experiencias aquí en este hospital, lo que es ser paciente aquí. Puede que sea interesante. También pensé volver a estudiar historia del arte que es un tema que me interesa mucho.” El doctor le dice, “Sí, me parecen empresas muy interesantes.” El paciente responde, “Y lo mejor es que en el tiempo que tenga libre puedo seguir siendo una cafetera.”


Un costeño confía a otro:

—No sé si casarme con una viuda rica a la que no amo o bien con una joven humilde de la que estoy perdidamente enamorado.

—Lo que manda es el corazón — responde el amigo: —Cásate con la joven humilde.

— Es verdad, debo escuchar la llamada del corazón. Seguiré tu consejo.

— Así proceden los hombres que razonan. Y a propósito, ¡dáme la dirección de la viuda!


Tres costeños náufragos están perdidos en el mar y encuentran una lámpara mágica y aparece un genio que les dice:

—Les concedo tres deseos.

Un náufrago dice:

—Deseo volver a mi casa.

El segundo náufrago dice:

—Deseo volver a ver a mis hijos y a mi esposa.

El tercer náufrago dice:

—Eeeeh...Deseo que mis amigos vuelvan acá.


Un hombre tenía la costumbre de botar la basura todas las noches al jardín de su vecino. Una noche éste lo sorprende y le dice:

—Si sigues botando la basura en mi jardín, no tendré más remedio que dar parte a la policía.

—A mí me da igual, si quieres se la das toda, yo no la quiero para nada.


Una mujer y un hombre se ven envueltos en un accidente de tránsito, en uno realmente aparatoso. Ambos autos quedaron totalmente demolidos, pero asombrosamente ninguno de ellos sufrió heridas. Después de forzosamente salir de sus autos:

“Entonces usted es un hombre, que interesante. Yo soy una mujer… ¡Anda! Solo mire a nuestros autos. No ha quedado nada de ellos, pero afortunadamente estamos ilesos. Esto debe ser una señal de Dios para que nos conociéramos y vivamos juntos en paz por el resto de nuestros días.”

“Estoy completamente de acuerdo con usted”, replicó el hombre, “esto debe ser una señal de Dios.”

La mujer continua:

“Y observe esto — he aquí otro milagro. Mi carro está completamente destruido pero esta botella de vino no se rompió. De seguro Dios quiere que nos la bebamos y celebremos nuestra buena suerte.”

Entonces le pasó la botella al hombre. El caballero asintiendo con la cabeza, abre la botella y se da varios tragos monumentales. Luego se la devuelve a la mujer. La señora toma la botella, inmediatamente le pone la tapa y se la regresa al hombre. El hombre entonces le pregunta:

“¿Es que usted no va a beber?”

La mujer se limita entonces a decir:

“No. Creo que yo esperaré hasta que llegue la policía.”


Un hombre está haciendo un agujero en su jardín para plantar un árbol cuando desentierra una lámpara mágica. La frota y le aparece un genio que le dice : — Te voy a conceder tres deseos, pero a tu vecino le voy a dar el doble de lo que tú me pidas. — Humm… mira, quiero una rubia que este buenísima y que pese 65 kilos, que le des a mi vecino cien millones de pesos, y que me des a mí un susto que me deje medio muerto.


Un hombre va a un abogado.

—Y usted ¿cuánto cobra por una consulta rápida?

—100.000 pesos por tres preguntas.

—¿Es un poco caro, no?

—Sí… y dígame, ¿cual es su tercera pregunta?


Llega un enfermo a un médico y le dice:

—Doctor, cuando me toco aquí, me duele, y también aquí, y aquí… ¿Qué será lo que tengo?

—Amigo, lo que usted tiene es el dedo roto…


 

 En la oficina:

—¡Sr. Pérez! ¡¿no sabe que está prohibido tomar mientras trabaja?!

—¡No se preocupe, jefe, no estoy trabajando!


Un día caminaba un señor por uno de los pasillos del Hospital Psiquiátrico con el doctor de turno. Mientras caminaba, ve a un hombre en una silla de ruedas muy melancólico y desolado que lloraba afanadamente y se quejaba exclamando una y otra vez: “¡Ay Loló!, ¡por qué me dejaste Loló!”

Entonces el señor le pregunta al doctor:

“Doctor ¿y a ese hombre qué le pasó?”

“Fíjese usted que ese señor se iba a casar, ya tenía todo lo de la boda listo y planeado y justo en el momento de la boda, la novia no apareció y lo dejó plantado. Desde ese día ha estado así.”

Siguen caminando el señor y el doctor. Más adelante pasan por otro de los pasillos y ve el señor que va con el doctor a un hombre con camisa de fuerza que se pegaba una y otra vez contra la pared, entonces el señor le pregunta al doctor:

“Doctor ¿y a ese qué le pasó?”

“¡Ah no, pues ese fue el que se casó con Loló!”


Tres viejos están sentados en un banco tomando sol.

“Si es que hay que ver lo que es la edad… tengo 70 años, y todos los días a las 7 en punto me despierto con unas ganas horribles de orinar, pero no hay forma, me paso el día entero intentando mear pero no puedo.”

“Eso no es nada. A mis 80 años, me despierto a las 8 y lo primero que hago es irme a cagar, pero nada, que no hay manera y así me paso el día entero, sin poder cagar.”

“Ah pero eso no es nada. Con mis 90 años, yo orino todos los días a las 7 y cago a las 8; luego, a las 9, me despierto.”


Dos amigas de secundaria se encuentran luego de muchos años:

“Hola, ¿cómo estás? ¿cómo te ha ido?”

“¡Buenísimo!, ¿sabes?, mi esposo es un millonario, y nos fuimos a Francia por un año.”

“¡Qué maravilla!

“Si, y ni si quiera regresábamos de Francia que ya me lleva a Italia!”

“¡Chica, pero que maravilla!”

“Y mira, me regaló un anillo de platino, con unas perlas…”

“¡Qué maravilla!”

“Bueno, dejemos de hablar de mí, ¿qué es de tu vida?”

“Bueno, mi esposo y yo somos de bajos recursos, entonces me he dado la tarea de culturalizarme.”

“¿Culturalizarte?”

“Sí, culturalizarme, fíjate que antes decía: embojotamelo pa llevar, y ahora digo: envuélvemelo para llevar. Antes yo decía: me voy pa casa e Lola, y ahora digo: me voy para la casa de mi amiga Lola, antes yo decía: ME SABE A MIERDA, y ahora digo: ¡QUE MARAVILLA!”


En el ejército, el general llama a sus soldados y les pregunta uno a uno:

“Soldado Gutiérrez, ¿sus botas?”

“Me las robaron, mi general.”

“¡Como, cien de pecho!”

“Soldado Echeverría, ¿sus botas?”

“Me las robaron, mi general.”

“¡Como, cien de pecho!”

Y por último pregunta:

“Soldado Jiménez, ¿sus botas?”

“En el maletín, mi general.”

“Muy bien soldado, ¿y su maletín?”

“Me lo robaron, mi general.”


Un amigo dice al otro:

¿Sabes que mi suegra es un ángel?

El otro contesta:

¡Que suerte tienes, la mía todavía vive!


Tres hombres se encontraban desolados y casi muriendo de inanición en medio de un bosque, cuando de repente se les aparece un genio y les dice: “Soy El Genio, como estoy borracho hoy, ando de celebración, así pues tengo para cada uno de ustedes un deseo, pidan lo que quieran y les será concedido…”

Al oír esto los tres hombres aceptaron inmediatamente, entonces el genio les dijo:

“Yo les concederé lo que quieran, pero deben correr a lo largo del puente que atraviesa esa quebrada y tirarse, que abajo de él les esperará su deseo.”

Dice el primer hombre:

“Yo quiero Mujeres” corre y atraviesa el puente y cuando cae, le reciben allá abajo muchas mujeres.”

Dice el segundo hombre:

“Yo quiero Dinero”, corre y atraviesa el puente y cuando cae le recibe una gran montaña de dólares.

Dice el tercer hombre:

“Yo quiero…” y cuando corre se tropieza y exclama: “¡Mierda!”


Todo lo que siempre necesité saber, lo aprendí de mi madre:

* Me enseñó a APRECIAR UN TRABAJO BIEN HECHO “¡Si se van a matar, háganlo afuera! ¡Acabo de terminar de limpiar!”

* Me enseñó RELIGION “¡Mejor reza para que esta mancha salga de la alfombra!”

* Me enseñó LOGICA “¡Porque yo lo digo! ¡Por eso… y punto!”

* Me enseñó a PREDECIR EL FUTURO “Asegúrate de que estés usando ropa interior limpia y completa, para el caso de que tengas un accidente.”

* Me enseñó IRONIA “Sigue llorando y yo te voy a dar una razón verdadera para llorar.”

* Me enseñó a SER AHORRATIVO “¡Guarda las lágrimas para cuando me muera!”

* Me enseñó OSMOSIS “¡Cierra la boca y come!”

* Me enseñó CONTORSIONISMO “¡Mira la suciedad que tienes en la nuca! ¡Voltéate!”

* Me enseñó FUERZA Y VOLUNTAD “Te vas a quedar sentado hasta que te comas todo.”

* Me enseñó METEOROLOGIA “¡Parece que un huracán pasó por tu cuarto!”

* Me enseñó MESURA “¡Te he dicho un millón de veces que no seas exagerado!”

* Me enseñó EL CICLO DE LA VIDA “¡Te traje a este mundo, y te puedo sacar de él!”

* Me enseñó A MODIFICAR PATRONES DE COMPORTAMIENTO “¡Deja de actuar como tu padre!”

* Me enseñó LA ENVIDIA “¡Hay millones de niños menos afortunados en este mundo que no tienen una mamá tan maravillosa como la tuya!”

* Me enseñó VENTRILOQUIA “¡No me rezongues! ¡Cállate y contéstame! ¿Por qué lo hiciste?”

* Me enseñó ODONTOLOGIA “¡Me vuelves a contestar y te estampo los dientes en la pared!”

* Me enseñó RECTITUD “¡Te voy a enderezar de un sólo chingadazo!”.

¡GRACIAS MAMA!


Estaba una pareja de viejitos sentada en un bus, llevaban varias horas de viaje, y el viejito le dice a su esposa:

“Se me durmió la cola.”

Y ella responde:

“Sí, hace un rato la escuché roncar.”


Primera escena: Un hipopótamo pequeño.

Segunda escena: Un hipopótamo mediano.

Tercera escena: Un hipopótamo grande.

Titulo de la pelicula:”Hipo-crecía”.


Jaimito iba de viaje, entonces una señora le pide sus datos:

“¿Nombre?”

“Jaimito Pérez.”

“¿Edad?”

“Cinco años.”

La señora pregunta:

“¿Sexo?”

Y Jaimito responde:

“Todavía no.”


 

Una pareja asiste a una exposición ganadera y entra a la subasta de toros de crianza. El subastador anuncia el primer animal que será subastado:

“Este es un magnífico ejemplar. Este toro se reprodujo 60 veces en el último año”.

La esposa le pica las costillas al marido reprochándole:

“¡Ves, son más de cinco veces en un mes!”

Anuncian el segundo astado:

“¡Otro fino semental, esta maravilla se reprodujo 120 veces el último año!”

Otra vez la mujer se dirige al marido:

“¡Oíste, son diez veces al mes! ¿Qué te parece eso?”

El hombre empieza a sentirse molesto con la comparación cuando anuncian la subasta del tercer semental:

“¡Y este extraordinario ejemplar se reprodujo 360 veces en un año!”

La esposa golpea al marido en el brazo y espeta:

“¡Una vez por día, todos los días del año! ¿Qué dices a eso?”

El marido ahora está realmente furioso y grita:

“¡Seguro, una vez al día, pero pregúntale al subastador si todas las veces fueron con la misma vaca!”


Cuatro amigos de la universidad se fueron a parrandear fuera de la ciudad el fin de semana antes de los exámenes finales. Después de tanta fiesta, durmieron todo el domingo y regresaron a la ciudad el lunes por la mañana. No entraron al examen final y en cambio por la tarde buscaron al profesor y le explicaron su ausencia:

“Lo que pasó es que nos fuimos de viaje el fin de semana y planeábamos estar de regreso el domingo para estudiar. Pero, desafortunadamente, se nos pinchó una llanta cuando veníamos de regreso. Como no teníamos herramientas y nadie nos quiso ayudar, perdimos el examen.”

El profesor lo pensó y acordó hacerles el examen final al día siguiente. Felices, los cuatro amigos estudiaron toda la noche y llegaron al día siguiente a hacer el examen. El profesor los puso en salones separados y les repartió a cada uno el cuestionario.

El primer problema valía 5 puntos y era muy fácil, sobre la historia del mercadeo.

Los cuatro amigos respondieron rápidamente, cada uno en su salón separado, pensando “Esto va a estar muy fácil”.

Cuando terminaron el problema, voltearon la página para leer el segundo problema, que decía:

“Por 95 puntos, ¿cuál llanta fue la que se les pinchó?”


Se abre el telón y aparecen Linux, MS-DOS y Windows. Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

“El bueno, el feo y el malo”.


 

Una abeja le pregunta a un gusanito:

—¿Porqué lloras, pequeño?

—Porque mi papá es un arrastrado.


Un matrimonio fue invitado a una fiesta de máscaras y disfraces. A ella le dolía muchísimo la cabeza y le pide al marido que se vaya solo.

Él protestó, pero ella le dijo que se iba a tomar una aspirina e irse a la cama, por lo que no había necesidad de que él se quedara en la casa. Así que el marido se puso el disfraz y se fue.

La mujer, después de dormir una hora, se despertó bien, sin dolor. Como era temprano decidió ir a la fiesta. Y como el marido no sabía cuál era su disfraz, ella pensó que sería divertido observar como actuaba él cuando estaba solo.

Ella llegó a la fiesta y enseguida vio al marido bailando en la pista con cada chica con la que se cruzaba, tocando un poco por acá y tirando besitos por allá. La esposa se le acercó y empezó a seducirlo. Él dejó a la mujer con la que estaba y se dedicó a la recién llegada. Ella lo dejó avanzar todo lo que él quisiera: finalmente era su marido.

En un momento, él le susurró una proposición en el oído y ella aceptó.

Salieron de la fiesta y en uno de los autos tuvieron sexo. A medianoche, antes de desenmascararse, la señora se escabulló, fue a su casa, se quitó el disfraz y se metió en la cama, preguntándose qué clase de explicación le iba a dar el marido.

Cuando él entró, ella estaba sentada en la cama, leyendo.

“¿Cómo te fue?”, le preguntó.

“Bueno, lo de siempre”, dijo él. “Ya sabes que no la paso bien cuando no estoy contigo”.

“¿Bailaste mucho?”

“Ni una sola pieza. Cuando llegué, me encontré con Pedro, Guillermo y otros muchachos, así que nos fuimos a la planta alta y jugamos póker toda la noche. ¡Lo que no me vas a poder creer es lo que le pasó al tipo al que le presté mi disfraz!”


 

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